martes, 14 de mayo de 2013

Señales que no son claras

Cuando un Presidente de un país se queja en público de algún servicio es porque algo debe hacerse con urgencia.

Con mucha diplomacia el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se refirió a la "desesperante y creciente mala calidad en el servicio de la telefonía celular". Aunque no se refirió a ningún operador, es claro a quién iba dirigida esta crítica.

Tan claro que el mismo presidente de esa compañía salió hoy con unas declaraciones que dejan aún más mal parada al servicio de telefonía que ofrecen. No puede ser excusa que como al presidente de Claro también se le cae la señal hay que conformarnos con ese tipo de servicio.

Que un presidente de una compañía hable de las fallas de su producto va en contra de la calidad de su servicio. Podrá ser sincera su respuesta pero lo que más genera es desconfianza. Y si el pretexto es que las necesidades de los usuarios superan el ritmo de las inversiones de la empresa, es claro que les quedó grande el negocio.

Puede que los apagones convocados por algunos les duela, o quizás hasta las críticas en las redes sociales les afecten la reputación. Sin embargo hay que actuar. La situación amerita dejar las palabras a un lado.

Por mi parte mi queja de Claro es su lentitud en el servicio de datos, a tal punto que hay momentos que no existe. De este modo esperaré a cumplir el tiempo que me queda de contrato y buscaré opciones en otros operadores. Mientras tanto si el Presidente Santos logra resolver la desesperante y creciente mala calidad de Claro yo lo reelijo. Para qué viviendas gratis cuando puede arreglar la señal del celular, adelante Presidente.

Y para el presidente de Claro, lo más seguro es que luego de esas declaraciones le pase lo mismo que las llamadas, no demora en caerse.

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