jueves, 6 de noviembre de 2014

Dejen vivir a noviembre



Cuentan los abuelos que hace mucho tiempo existió un planeta llamado Plutón y un mes llamado noviembre. 

Un mes fantasma que agonizaba entre Halloween y Navidad. Hasta que finalmente fue absorbido por el colorido de las luces y las guirnaldas. De este modo diciembre pasó a tener 61 días y las panderetas y maracas no dejaron de sonar durante este tiempo.

Dicen los libros de historia que aquella persona que hubiese tenido la mala fortuna de nacer en noviembre su cumpleaños era automáticamente aplazado para Navidad. De este modo era válido dar un solo regalo para celebrar ambos eventos. 

Noviembre nunca fue un mes real, ni siquiera cuando existía un tipo de concurso llamado reinado, que alababa la belleza de las mujeres por encima de su inteligencia. A aquellas participantes las llamaban reinas, aunque no representaban ningún reino. Decían ser las exponentes de la belleza de los departamentos. Sin embargo, lo que más se recuerda de esa época eran las respuestas de estas participantes dignas de un standup comedy.

De la misma forma en que se reclasificó a Plutón como un planeta enano, noviembre dejó de ser un mes para convertirse en unas cuantas semanas más de preparación navideña. Unas horas adicionales para que los buñuelos, las natillas y el pavo se terminen de cocinar. 

Noviembre fracasó como mes y su final fue tan patético como "Movember", el evento mundial que se venía practicando durante este tiempo en el que los varones dejaban crecer sus bigotes para concientizar acerca de temas de salud masculinos. Lastimosamente todo, menos el bigote, se vino abajo cuando el movimiento fue acogido por las feministas.


Cuentan las leyendas que el momento en que noviembre dejó de existir fue cuando en las redes sociales dejaron de saludar y despedir a este mes, ¿o es que alguien hoy en día tuitea de Plutón? 

jueves, 30 de octubre de 2014

Máscaras

Tomen las siguientes palabras como un favor porque les voy a ahorrar tiempo valioso en la búsqueda del disfraz perfecto. Solo tienen que ir a un espejo y preguntarse: ¿Y si nos quitamos las máscaras por un día? 

Tanto tiempo perdido pensando en querer ser alguien más cuando la verdadera celebración sería mostrar nuestro verdadero ser. Y dejar de esconderlo detrás de una fachada. 

Pensar en qué antifaz nos vamos a poner cuando todos los días disfrazamos nuestro interior. Nuestros valores. Nuestro ser. Y todo para darle gusto a los demás. 

Cuando estén al frente de ese espejo aprovechen para recordar hace cuánto no son fieles a sus principios. En qué momento dejaron de ser lo que eran para que ese disfraz se convirtiera en el uniforme diario.


Por una vez hagamos algo diferente y seamos nosotros mismos. Así, sin máscaras, quizás ese sea el disfraz más original al cual podamos llegar. 

martes, 21 de octubre de 2014

La esperanza es pasajera

- ¿Oiga y mañana qué va a hacer? ¿Se va a colar en Transmilenio?
De inmediato me negué, siempre me he apegado a las leyes de la misma forma en que me apego a los otros usuarios del sistema en hora pico. Y sin dar ni recibir nada de esto último.

Mi perfil de Transmilenio no me da para ir en contra de las normas básicas de convivencia. Soy ese pasajero al cual las señoras de avanzada edad sienten la necesidad de desahogar sus frustraciones.

Intento no hacer contacto visual con ellas, pero es inevitable que me vean como aliado de su verborrea ininteligible en contra del sistema. Y no es que les haya cedido mi asiento, simplemente asiento con mi cabeza a lo que dicen. Después de todo las entiendo, es que soy fácil de querer.

Me niego a colarme en TransMilenio, porque no es lo correcto, no es la forma de mostrar inconformismo, pero principalmente porque si lo hiciera me sorprenderían en el acto.

Es un temor que tengo desde la infancia cuando la gran mayoría hacía algo indebido y sin consecuencias. Y justo cuando me dejaba llevar por la presión social al que castigaban era a mí. Es cierto, soy un incompetente cuando se trata de hacer trampa.

Que lo de mañana no es colarse, es 2x1, es que Transmilenio está en oferta, es “happy hour” en Transmi. Simples eufemismos para evadir la realidad. Lo de mañana es un intento de hacer trampa.

Las mejores intenciones viajan junto las peores, mientras la violencia es pasajera y a la vez nos conducirá a un punto del cual jamás podremos regresar: el origen del primer brote zombie en la ciudad. Es Transmilenio, el sitio donde uno pierde la esperanza en la humanidad en un solo viaje.

jueves, 6 de marzo de 2014

El blanco no es para todos

Según las tendencias vemos que en esta época el blanco no es para todos. 

No crean que estoy incursionando en el campo de la moda y lo que a continuación viene son tips de cómo vestir de blanco. 

Me refiero es al voto en blanco. Esa opción que nos da la democracia para demostrar el descontento con los candidatos que se presentan en determinada elección. 

Algunos han criticado que muchos se estén decidiendo por esta opción. "Sería una vergüenza que ganara el blanco". "Esa opción lo único que traería son más gastos". "Habría que repetir las elecciones con nuevos candidatos que vendrían de los mismos partidos". 

Diversas opiniones que encontramos en los medios pero que no se comparan con la voz del ciudadano común y corriente. 

Hace unas semanas estuve en la única fila en la que nadie se cuela, la de capacitación de los jurados de votación. Fue allí donde descubrí que es momento de reiniciar al país. 

Las elecciones de este domingo son particulares. Como bien lo dijo la aspirante a jurado: "Las elecciones que vienen son todas feas, llenas de lagartos, todos corruptos". 

El voto en blanco bien puede ser ese botón de reinicio que tanto necesita el país. "Eso deberían quitarlos a todos con el voto en blanco, para que no roben más", me explicó aquella ciudadana comprometida con la democracia. 

Aunque puede que no sea la solución final en un país acostumbrado a las dinastías políticas porque "con el voto en blanco cambian los ladrones. Porque no ve que los que vienen son los delfines. Esos son papás e hijos ladrones". De esta forma contundente fui capacitado, no para ser jurado sino para ejercer mi deber ciudadano.

IMPORTANTE: Si va a votar en blanco, recuerde que únicamente será válido si hace una sola marcación en la zona correspondiente a dicha opción. Es decir, si se emociona mucho y en los tarjetones de Senado y Cámara, en la circunscripción nacional vota en blanco y en las circunscripciones especiales también marca en blanco, el voto será nulo. Es muy sencillo, MARQUE UNA SOLA VEZ

jueves, 6 de febrero de 2014

La justicia como género literario

Siempre he entendido a la justicia como darle a cada quien lo que se merece. Sin embargo la noción de justicia en este país se va acomodando según el juez de turno. El mismo que tomando sus quince minutos de fama, aprovecha la polémica que sigue luego de dar sus declaraciones frente a los micrófonos.

Con el caso Petro hemos asistido a la graduación de la justicia como género literario. La justicia hoy en día está a la par de las columnas de opinión. Hoy en día cualquiera puede opinar pregonando su verdad absoluta.

Las apreciaciones de los jueces, fiscales y el resto de actores de reparto en estas novelas judiciales condimentan aún más estos capítulos de la literatura, en la que se ha convertido la justicia en Colombia.

Gracias a esto, conductores con uno que otro muerto a cuestas caminan en las calles entre los inocentes, porque un juez no los consideró un peligro para la sociedad. Esas mismas víctimas inocentes que se sienten burladas con cada apreciación que pareciera desconocer los más mínimos estándares de justicia.

Es así como la tutela se ha prostituido de tal forma, que lo que alguna vez era el instrumento para garantizar que no se vulneran los derechos fundamentales, hoy es usada para mantener en su cargo a un mandatario, que por su terquedad le valió una sanción que para muchos es desproporcionada.

La desproporción es pensar que las tutelas de Petro son para garantizar el derecho a ser elegido. Qué bonito hablar del daño irreparable del Alcalde ¿y el daño que está sufriendo la ciudad qué? Pareciera que primara el interés del burgomaestre por encima de la ciudadanía. Una ciudad damnificada con esta tormenta jurídica y la cual una vez más se paraliza, esta vez comandada por su propio Alcalde desde el balcón del Palacio de Liévano.

La democracia no consiste en poner los derechos de unos pocos por encima de muchos a través de una tutela. Por el contrario, es momento que el pueblo decida por medio de una revocatoria y le confiera o no legitimidad a Petro. Porque el poder lo tiene, pero de qué le sirve si su gestión se encuentra en suspenso, como ese género literario tan exitoso que parece abrirse cabida en la justicia colombiana.